jueves, 27 de febrero de 2014

¿Maniobra de engaño?

Una obra de arte.

Cuando algo es tan complejo y rocambolesco, expuesto al mismo tiempo de una manera tan llana y sencilla, sólo puede ser eso. Lo que hizo Jordi Évole y su equipo con "Operación Palace" me pareció extraordinario y me alegro de haber visto el programa para contemplar la revelación de la supuesta mentira creada que de golpe cayó para descubrir una verdad oculta aún mayor. Y digo supuesta mentira porque nadie sabe realmente qué pasó exactamente e incluso lo mostrado podría ser cierto, ¿por qué no? Ah sí, por la caja blanca del Rey...

Claro está que hay gente que se amparará en que no es justo que se juegue con la memoria histórica, con los sentimientos de la población, los televidentes ... Ciertamente, nadie estuvo obligado a ver el programa del "Follonero". La televisión la compraste tú, pero nunca, nunca, has elegido de forma directa el contenido de los programas que "te tragas". El domingo sin embargo, nos lo recordaron. Y parece ser que hay gente aún a la que le molesta una ayuda tan útil: la del camino a la propia autodeterminación. De esto iba en gran parte la "Operación de Évole". Una respuesta para una antigua gran pregunta: ¿estamos educados y preparados para ser demócratas, libres, soberanos y justos? ¿Nos educan para serlo? Ya no solamente con los demás, sino con nosotros mismos. Lo mejor de todo es que algunos nos contestamos de forma subliminal e inconsciente. Lo peor es que hubo gente que no se quiso contestar, echó la culpa al cabrón de Évole y "a volar". Realmente y bajo una aparente mentira, esta gente se mintió a sí misma.

La culpa no la tiene Jordi, ni su equipo. La tenemos todos. Pero la solución también es de todos.

La envidia no es sólo cuestión de ámbito español, aunque a veces lo parezca. La envidia nace del malestar creado porque otro es capaz de hacer o tener algo que uno mismo no puede o no tiene, "al menos, por ahora", se dice a sí mismo el envidioso. Ese malestar no tratado acabará por convertirse en odio que seguramente no acabe ni comprendiendo el odioso. No hay envidia sana, es lo que creo, como casi todo lo que escribo. Sin embargo, la admiración sí que es un sentimiento original contrapuesto a la envidia, pero al igual que es más sencillo culpar a otro de los errores de uno mismo, es más difícil (pero más sano), admirar que envidiar.

No es que no haya habido genialidad en "Operación Palace". Es que muchos no quieren dar mérito a lo que lo tiene. ¿Por qué? Porque no se les ocurrió a ellos.

Casualidades de la vida o no, Risto Mejide (al que uno aprecia y respeta dentro de su ámbito periodístico) estrenaba programa en "Viajando con Chester" también este pasado 23-F, abriendo con Zapatero. Ví a un gran ex-presidente,  con una mejoría en el terreno "como persona" de un millón a uno respecto a cuando gobernaba. Aún no sé si ponerlo en el saco de "Bonachón pero tonto" o "Inteligente pero incapaz". Tampoco hay que etiquetar necesariamente. Es curioso que tanto Felipe González y ZP son casi personas fuera de presidencia. Al menos razonan con fundamento, uno podrá estar o no de acuerdo, pero argumentos con base.
Pues bien, el ex-dirigente del partido socialista decía en la entrevista que si alguien le había apoyado incondicionalmente había sido el Rey, y esto es algo que siempre comenta con sinceridad y no deja de ser anecdótico e irónico, pues fue un comandante del régimen franquista el que mató al abuelo del ex-presidente. Y es el régimen franquista el que traía bajo el brazo a Juan Carlos ¿Cómo es posible que Jose Luís Rodríguez Zapatero esté tan agradecido al Rey? Se llama coherencia, sensatez y juicio de valor en el momento presente, no en el pasado, ni en el más allá. Tanto por parte del ex-presidente como del rey. Justo lo que le falta a más de la mitad de este país.

Seguramente a Zapatero lo recuerden por su ridiculez en muchos campos, uno de ellos el inglés. Pero no es de los que se atreva a hablarlo, al menos en público, porque sabe que hará el payaso (de hecho sabe hacerlo muy bien, como sabréis). No como otro presidente español que yo me sé, que se atreve a hablar en su particular inglés, su francés inventado. su catalán muy íntimo o mejicano. Ándale!  Soberbio ignorante prepotente.

A "Zapatitos" se le recordará también por su semblanza a Mr.Bean, por ser el padre siniestro de unas hijas góticas que viajaron a América y tantas otras payasadas. Sin embargo, nadie lo suele recordar de vez en cuando (que también viene bien), para acordarse de que facilitó el acabar de ETA. No se le recordará por haber cumplido su programa electoral en los primeros cuatro años de gobierno, todo un hito hoy en día al parecer. Tampoco por crear la "estúpida" Alianza de Civilizaciones, esa tontuna de un entendimiento con los países árabes, musulmanes y orientales sin recurrir siempre al cañón como instrumento de diálogo. Y no, tampoco se le reconocerá el mérito de retirar las tropas de una invasión ilegal en Irak. ¿Por qué? Bueno, seguro que gente anclada en la derecha dirá que ese gesto nos ha traído muy mala reputación y que eso repercute en los mercados económicos... lo que está bien, está bien. Y punto. 

Para la transición, la monarquía fue imprescindible. En este país, fue así. A menos claro que seas español, sepas de todo sin saber nada, mucha razón sin fundamento y tengas un DeLorean que te lleva a un pasado en una España paralela a esta... seguro que alguna mente brillante, soberbia y prepotente ha soñado con esto. Yo estoy cerca, pues lo he imaginado... 

Ahora bien, después de más de treinta años y con un hombre que está llegando a su senectud (seguro que también hay alguien brillante que asegurará que está en la mejor época de su vida), ¿es necesaria esta Monarquía? Mi opinión es que no. Y realmente nada tiene ya que ver con la edad del Rey. Es simple lógica.
A los hechos me remito (algunos ya ocurridos y otros bien presentes), en que la Casa Real no es sinónimo de transparencia, madurez, coherencia ni sensatez. Por tanto no puede ejercer. Por mera lógica, repito. La historia en estos momentos es la única sujeción y último valor que le queda a la Realeza. Y ya no es suficiente.
Como dijo Gabilondo: "hay que procurar un buen final para la monarquía", y lo dijo porque al igual que el que escribe, piensa que aunque sí hizo su papel de vital importancia en su momento, generaciones reales posteriores no deberían ni deben vivir de labores pasadas hace más de tres décadas. Sería incomprensible para el pueblo y para la Realeza misma, pues su labor como respaldo al gobierno de turno es como la de un psicólogo campechano.

Por último, ¿sería necesaria una figura/institución que vigilase y velase por el cumplimiento de la ley, la coherencia, los programas electorales, etc, etc...? Sí. El propio pueblo. 

Ya es hora.

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