lunes, 9 de septiembre de 2013

Conflicto de interés público.



En el año 2008 España se sumió en una crisis sin precedentes en épocas recientes. Habría que remontarse a principios del siglo XX (al año 1907, exactamente), o a tiempos de guerra para, haciendo una comparación inútil, observar un "caos" semejante al de hoy por hoy. La burbuja inmobiliaria abatió la economía española dejándola en la cola del paro y de Europa. Literalmente. ¿Por qué? Bueno la pregunta es insultante. La cuestión es cómo no estalló antes. Hay muchos y muy buenos artículos de opinión o vídeos en Youtube y otros servidores de vídeo que explican esto mejor y en más profundidad de lo que yo puedo. El clip " Españistán " de Aleix Saló es un buen ejemplo de cómo explicarlo siendo claros y a la vez cómicos.
Personalmente no creo que haya sido un problema originado por un Partido Político u otro. Claro está que tienen parte de responsabilidad pero esa responsabilidad no ha sido dada al azar. El que tiene el poder en este mundo es porque otros lo delegan, de una u otra forma. Y eso no es malo, lo malo es hacerlo sin conocimiento de causa. Yo soy un curioso de las estadísticas. Me gustaría saber el porcentaje de gente que lee las propuestas de cada partido (no todos obviamente, pero sí de algunos de referencia), reflexionan, las toman en consideración y creen si ese partido es confiable o no y por qué. Debe ser un dato terrible. Difícil de digerir. Casi tanto como la situación actual en España. Soy de los que piensa que existe una correlación importante entre lo uno y lo otro.
Si en un "sistema democrático" indirecto, como el actual, en el que la población raramente puede hacer cambios de importancia en el sistema legislativo, judicial y/o de administración, y solamente cada cuatro años, ocurre la posibilidad de un pequeño (o gran) cambio y pasamos de largo, no sólo de las urnas sino de las propuestas y planes de cada partido estamos perdidos de antemano.
Estoy de acuerdo que existen partidos que son copias de otros. La frase "es el mismo perro con diferente collar", no podría estar más acertada. Pero, ¿todos? Hay más de cien partidos de ámbito nacional. Y el razonamiento de que todos son iguales simplemente no tiene base de defensa. Esa argumentación solo sirve para una cosa: excusarse. 
Cuando damos nuestro voto a un partido político estamos delegando nuestro poder como ciudadano a un grupo que nos representará a nivel estatal, comarcal o municipal. Lo menos que podríamos hacer es saber elegir con conocimiento de causa. Saber cuáles son sus orígenes, sus intenciones, sus planes de gobierno, sus representantes, ... y no digamos que no tenemos tiempo. Cuatro años.
Si de verdad queremos ver responsables del desconcierto presente, mirémonos bien al espejo por las mañanas al lavarnos la cara cansados, afeitarnos sin ganas, ponernos cremas anti-arrugas o contorno de ojos.
¿Quieres ser un agente del caos? De acuerdo. Pero hazlo bien. Levántate, no te laves la cara, roba a tu vecino el desayuno, coge su coche, atropella a tu jefe, tírate a su mujer, roba un banco, compra un Ferrari, hazte con un grupo de acción rápida, desvalija un aeropuerto, vuela con un jet privado a alguna isla perdida del Pacífico llevándote contigo a alguna top model y sigue montándotelo en grande hasta que mueras de placer con los ojos y la nariz en blanco.

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